No sucumbe el poeta aunque intoxique sus noches con pensamientos nefastos y estrategias de muerte.
No sucumbe el poeta quebrando grafitos, atropellando palabras y escondiendo rayuelas.
La margarita se abre arde y se reproduce, la lluvia de setiembre no la sosiega.
La putrefacta jaula oxidada existe para acunar una paloma herida. Alguien la cuida desde lejos mientras palpita viendo sanar la palma rígida.
No sucumbe el poeta engordando de rabia salivando de hastío o encremando arrugas de rutinas gastadas mientras la vida se le escapa enmarañando recreos.
4 comentarios:
me gustó
veo que tus manos han vuelto a escribir y me alegra
Roberto
Cada tanto hay que hacer un alto en el camino y cargarlas de tinta.
Silenciada:
No sucumbe el poeta
aunque intoxique sus noches
con pensamientos nefastos
y estrategias de muerte.
No sucumbe el poeta
quebrando grafitos,
atropellando palabras
y escondiendo rayuelas.
La margarita se abre
arde y se reproduce,
la lluvia de setiembre
no la sosiega.
La putrefacta jaula oxidada
existe para acunar
una paloma herida.
Alguien la cuida
desde lejos
mientras palpita viendo
sanar la palma rígida.
No sucumbe el poeta
engordando de rabia
salivando de hastío
o encremando arrugas
de rutinas gastadas
mientras la vida se le escapa
enmarañando recreos.
María Souliers
SOS GRANDE DANA!
TE LO DIJE!
CECI
Publicar un comentario